lunes, mayo 22, 2006

Necesidad curricular...


Siempre a la hora de encarar tu persona a un concierto, bien seas tú el intérprete o el oyente, hay una parte importante (según para quien) con la que te topas. El currículum.

Esto viene a ser una pequeña o grande explicación de la vida artística del artista (valga la rebuznancia, digo redundancia), a veces ingeniosa, otras sosa, otras aburrida, y otras realmente impactante; Pero, si hay algo en común en ellas, es la exageración...

¿De verdad es cierto todo lo que se dice?

Pues no...

Mi respuesta es firme sobre esto, en todo currículum artístico para programa de concierto, existe ese afán por mostrar todo aquello realizado, por mísero que sea y desde la intención de hacer crecer la imagen ("como artista que soy", piensa el que lo escribe).

Desde luego, en España por ejemplo, el que un texto como estos estén repleto de nombres extranjeros, ya de por sí, denota que el artista ha tenido interés en su educación y su formación. Pero aún sin el lector tener la más remota idea de quienes son, lee y traga asombrado.

Las técnicas de adorno sobre estos panfletos propagandísticos, son de lo más variopintas. Desde los que cuelgan sus laureles en concursos que nunca han asistido, con toda la cara del mundo, sin pararse a pensar que esas cosas rebajan la percepción como artista que el lector pueda hacerse.

Los que se vanaglorian de actividades menores, alterando su efecto, bien sea debido a criticas ilusorias o resultados y pretensiones falsas, pero claro, quien va a saber esto... (pensarán ellos).

El humilde derrota al vanidoso. Esto es una afirmación falsa, el humilde no siente la necesidad de derrotar a nadie, ni aún teniendo ese ápice de vanidad que necesita la tarea musical; siendo esta muy distinta de la del vanidoso que ralla el egocentrismo.

A veces, se pierde el equilibrio entre lo importante y lo que no lo es, y que por tanto pasa a ser solo una mera anécdota en tu vida artística. Incluso, en muchos casos se pierde el sentido de lo real y de lo irreal, haciendo honor a su validez solo mediante las palabras y alguna que otra gestualización que quita el hipo en plena actuación.

No pretendo hacer crítica sobre el carácter de los diferentes artistas, pero si pretendo criticar a los que por ellos mismos se ponen el título de artistas, y que menosprecian a los que realmente lo són y lo sienten y no lo pregonan a los cuatro vientos.

Para todos aquellos, solo decirles que no merecen llevar el título de artista.

No hay comentarios: