Hasta aquí todo bien. Pero todo empieza a fluir cuando por los pequenios altavoces empieza a sonar música de Zimmerman, Sciarrino...**
De repente la atmósfera cambia, uno se siente como en una pequenia nuve de la que es incapaz de bajar. O mejor dicho, quizás es que no se quiera bajar...**
Como colofón del momento, empiezan a surgir pompas de jabón mantenidas por el aire de la sala. Sin lugar a dudas, este es el clímax que estábamos buscando...**de repente Frank Zappa, aparece en escena y por un momento te lanza más allá de la realidad...**lejos, muy lejos.