jueves, abril 27, 2006

Temporalidad pianística.

Cuantas posturas, cuantos movimientos y siempre desde el mismo lugar que admiramos nuestro propio resultado...




















Cuantas horas en una habitación vacía, tan solo con la compañía del golpeo sobre las cuerdas...

















Solo deseando con el máximo anhelo, que nos recoja el abrazo de la música...