viernes, marzo 10, 2006

Rachmaninov, paz y sentimientos rusos.

Rachmaninov, músico ruso, compositor y pianista; querido por muchos y odiado por otros. Músico esencial en la historia de la música, se le acusa de vivir en apatía con su tiempo, totalmente apolítico siempre estuvo al margen de lo que en su tierra acontecía, no dirigía su opinión hacia ninguno de los bandos de la revolución, forzando esto su exilio de su tierra querida.
Consiguió el éxito dentro de todas sus facetas, como compositor, director y pianista. Tachado de conservador, su poca innovación no le situó, bajo el concepto de algunos, en el lugar que le corresponde. Un claro reflejo de el poco interés que despierta, en algunos aún hoy en día, este personaje de la historia, es la poca bibliografía existente sobre él.


Grata ha sido mi sorpresa al encontrar un antiguo libro editado en lengua española el 1955, doce años después de la muerte del compositor, Víctor I. Seroff es el autor y bajo su punto de vista narra la vida de Rachmaninov tal y como la describe Virgilio Thomson en su prologo a este libro, “una figura conmovedora, un ser capaz de fortaleza, flaquezas, timidez, valor, renunciación y tenacidad; en otras palabras, un hombre de cuerpo entero.”.


Marcado con un carácter plácido, con semejante austero, su música está repleta de una tristeza severa, claro reflejo del sentimiento ruso y de su pasión por Tchaikovsky, a quien lloraba todos los días desde el día en que este murió.

No muy amigo de dejarse fotografiar, rechazaba reiteradamente las peticiones del fotógrafo de la revista Life, Eric Schaal, para que posara ante una cámara. En diciembre de 1942, al final consintió ser fotografiado y esta es la fisonomía impresionantemente trágica que Schaal halló en su película al revelarla. Cuatro meses más tarde moría.